EMPEZAR… es común asociar este verbo con palabras como
pereza, miedo, incertidumbre, esfuerzo. Al menos yo no puedo evitar hacerlo.
Y es que últimamente tengo la sensación de que no hago otra
cosa que empezar. Y lo peor de todo es que nunca termino de empezar.
Siempre he tenido una pequeña esperanza, ingenua, infantil,
idiota. Pero es mi esperanza (o más bien ¿deseo?). En definitiva, una sensación
inevitable de que algo grande va a llegar a mi vida, algo que le dará la vuelta
a mi mundo y lo dejará todo mejor. A menudo me sorprendo a mí mismo repitiéndome
inconscientemente: Tranquilo Dani, lo mejor siempre está por llegar.
Sin embargo, los años aparte de arrugas y responsabilidades,
traen con ellos algo llamado madurez. Y la madurez es una zorra. Porque te hace
ver las cosas tal y como son, y no como tú siempre has creído que son o como te
gustaría que fueran. Así pues, la querida madurez está apagando esa bonita
esperanza que tenía dentro.
Por ello me encuentro ante la perspectiva inevitable de que,
si realmente quiero cambiar mi vida, soy yo el que debe EMPEZAR a mover los
hilos. Pero esto de empezar no es tarea fácil. Ni siquiera para los años,
porque este querido 2013 no empezó con muy buen pie para mí. Aún así decidí que
eso no debía influir en los siguientes 364 días que tenía por delante, y tomé
la firme decisión de empezar de 0. Aquella decisión fue como un chute de
adrenalina en mi sistema. Me encontré lleno de energía y preparado para
afrontar todo lo que se pusiera por delante.
Desde entonces el destino se ha encargado de ponerme la
zancadilla a la mínima ocasión. Me dejó disfrutar de esa sensación de fortaleza
durante las primeras semanas de enero, pero decidió darme una bofetada de esas
que duelen de verdad a finales de mes, arrebatándome algo muy querido. Curiosamente,
esa bofetada sirvió para abrir los ojos, replantearme la situación y decidir
que rendirse, no era una opción. Empecé el mes de febrero con energías renovadas,
dispuesto a dejar las penas atrás y secarme las lágrimas.
Y así es como empiezo Marzo, tomando nuevas decisiones,
buscando nuevos caminos, empezando nuevos proyectos. Este blog es uno de ellos,
y será un símil de mi vida, esa vida que he decidió empezar de nuevo para que
ese deseo de algo grande se haga realidad. No es la primera vez que empiezo un
blog, pero está vez prometo ser constante, porque si fallo con el blog estaré
fallando con mi vida. Porque si realmente queremos algo hay que pasar por
encima de la pereza, el miedo, la incertidumbre y el esfuerzo.
Oix, qué profundo todo. Dí qué sí. Me gusta cuando el Dani filosófico sale a la luz. Pero todavía me gusta mes el Dani emprendedor :)
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ResponderEliminarDani, me ha hecho gracia eso q has dicho q no sabías si era esperanza o deseo....la eaperanza.es buena pero el desear es éxito...así q sigue haciéndolo. Estoy segura.que esta vez será un EMPEZAR y MANTENER por mucho tiempo....Casualidades de la vida...yo me encuentro en el mismo punto que tu...empezar empezar empezar y si es cierto q siento que mi vida ha cambiad muchísimo, siempre siento.que algo pendiente y enormemente positivo está por llegarme....animo Dani! Me ha encantado tu blog....quizas sería una buena idea escribir uno....jajajaja besos! ( y soy Ana de Manresa) ;)
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